Orgía de dos (la red)

 
 

Creí que estuvimos solos la tarde en que me montabas mientras yo arrancaba sangre de tus labios. Pero asistieron también el primer hombre de mi vida y los que le siguieron hasta encontrarte, los olores de todas las mujeres que has respirado. En ese momento creció la urdimbre hecha de secreciones donde aparecieron los cuerpos que todos ellos a su vez habían conocido. La cama se convirtió en una red enorme de orgasmos, violadores, homosexuales y sádicos, de promiscuos e infieles, de necesitados, de dolor y goce, de gemidos y posiciones, que nos sostuvo como amantes. Creí que habíamos estado solamente con el otro, pero sé que tanta locura se debió a esa orgía de dos.

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Si mi cama hablara