Nefando de Mónica Ojeda
¿Sigo leyendo o lo dejo? No quiero ver esto, saber más de esto, y sin embargo. Desde que leí Historia del Ojo de Georges Bataille a los 17 años no me escandalizaba tanto con un libro. Si pudiera borrar algo de la faz de la tierra eliminaría el maltrato y la violencia a las infancias, el incesto, la pornografía infantil, el mundo de la web profunda o deepweb. Pero Mónica Ojeda lo pone de frente con todas sus letras y lo pasea con una claridad impactante. Y ese es uno de los méritos de la novela: es valiente, importante, tremenda. El título ya avisa que se hablará sobre aquello que da repugnancia y horroriza, homónimo del videojuego que causó una investigación policial y revuelo en España. La narración hace gala de enormes recursos narrativos para alejarse definitivamente de las notas amarillistas y sensacionalistas: trenza las voces de seis personajes que comparten piso en Barcelona con distintos registros de español mediante el cruce de sus historias, creadores de un videojuego y de una novela que bordan sobre estos temas, lleno de referencias a la literatura y sus obras. Quienes saben, reconocen en la estructura un homenaje a la obra de Roberto Bolaños, en especial a su novela de culto Los detectives Salvajes. He de decir que mientras leía, la incomodidad no me permitió verlo hasta que la comenté con un amigo quien reconoce en esta autora a una de las mejores novelistas latinoamericanas vivas.
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