La gallinita roja y el pavo real

 

Este es el primer libro del que tengo memoria, la primera historia que se quedó conmigo para siempre. Lo conocí en el kínder y no puedo decir que lo haya leído como tal, lo tuve en mis manos eso sí. Probablemente le dio voz la maestra y después lo tomé del estante que había en el salón. Lo hojeé muchas veces, seguramente descifré algunas palabras con mi recién adquirida alfabetización. Pero el efecto que este relato estadounidense de tradición popular ha tenido en mi vida es de dimensiones insospechadas.

Un cuento didáctico que habla sobre el trabajo duro y la iniciativa personal, como tantos otros escritos con afán de crear un modelo de comportamiento. Me ha acompañado a lo largo de 50 años, en muchos días difíciles, cuando me he sentido sola, sin cómplices para mis proyectos, animada para finalmente llevarlos a cabo. También ha creado una sombra que me persigue y susurra cuando me detengo: el trabajo duro, el trabajo duro. Lo reescribí para hacer las paces conmigo, para adecuarla a la persona que soy hoy. Quedó un bonito video animado que aquí comparto.