Si mi cama hablara
Si mi cama hablara no solo contaría de mi torpeza para tenderla, del agujero en una sábana, de la mancha de vino tinto en el colchón. Conversaría sobre secreciones, gases, sueños, de los objetos que ahí descansan, de la ropa que espera mientras me visto. Si mi cama hablara, diría sobre la forma de tu cuerpo y, ahí el problema, del de los otros. Relataría las posturas repetidas, las innovaciones técnicas, los gemidos más agudos, las palabras susurradas. Se quejaría de revolcones y desperfectos. Escogería ritmos y cadencias, enunciaría sus propios gustos, te comentaría detalladamente lo que se vive ahí durante tu ausencia. Si mi cama hablara, te lo juro, yo me suicidaba.