Té madrugada 187
La madruga es la hora ideal para el estudio de lo alto, dicen los que saben; el espíritu tiene una claridad magnífica a pesar de la oscuridad de la noche. Vislumbramos entendimientos que nos permiten unirnos con la mente creadora. Esa es la única meta: conectarnos con la Luz. Todo lo demás: el silencio, la penumbra, la tibieza del cuerpo es absolutamente lo de menos.