Té madrugada 94
Despertar es un proceso complejísimo, de dimensiones biológicas, mitológicas y místicas, que toma apenas unos segundos en los que se establece quién soy. Al abrir los ojos percibo el tiempo y el espacio, que resuelven, en otro proceso neurológico casi inenarrable, dónde estoy. Solo entonces sé que yo soy yo y que hay un mundo luminoso por delante.