Té madrugada 44
Esta navidad una amiga muy querida me regaló galletas de jengibre. Para que las disfrutes con tu té, dijo al tiempo que me dio un abrazo. Olfatée un Earl Gray y luego un roibos. No podía decidir con cuál combinaría mejor. Mordí la pasta para abrir el paladar, pero las cosas nunca son como uno las planea y estaban tan buenas que terminé parada frente a la estufa, ya sin galletas, esperando el hervor. Té Madrugada 4