La maldita pintura de Héctor Manjarrez

La primera vez que leí esta novela me escandalizó el final. Muchos años después veo que mantienen poder la construcción de personajes y su ferocidad. Esta intensa y pequeña novela da pie para hablar de múltiples temas: el pulso de eros para la sexualidad, la creatividad y el dominio; las artes plásticas bajo las leyes de la fidelidad a uno mismo y las del mercado; las relaciones maestro-alumno, las de pareja, y entre padres e hijos; las parejas de artistas y su obra. Con lenguaje selecto y penetrante se relata una historia que a toda velocidad construye a sus personajes hasta que llegan al límite de sí mismos. Todo esto sucede en Londres, donde artistas mexicanos desean desarrollarse. Sabemos que somos otros en distintos parajes, para eso buscamos nuevas locaciones. Quizá hasta perdamos la identidad y nos convirtamos en solo un número, como es el nombre de los protagonistas, para terminar presos de nuestras libertades y exponerlas al mundo como si fueran una obra de arte.

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