La memoria donde ardía de Socorro Venegas

Me gusta la particularidad de esta obra. No se parece a ninguna ni en el estilo, ni en la temática, ni en la prosa llena de poesía y de silencios. Necesita leerse poco a poco, es inútil tratar de comprenderla o dejarse tocar por el universo que plantea en una sola sentada. Distintos personajes deambulan por aquí en diecinueve relatos donde el duelo y los infantes son protagonistas recurrentes. Todo lo que narra duele, pero curiosamente la lectura no lastima. Más bien hay dolor, pero también la habituación a ese dolor que se convierte en cotidiano, y por eso baja la intensidad de su pulso hasta hacerlo soportable. Me quedo silenciosa después de cada cuento, necesita tiempo para acomodarse. Quizá lo más importante es que sucede allá, entre las páginas. Quizá esa sea la mejor noticia que tenemos después de terminar el libro. Saber que de algún modo estamos a salvo.

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