14. Leer Ruanda y Ciro Gómez Leyva
Ruanda, país ubicado en África, es conocido por su enorme Parque Nacional de los Volcanes donde viven gorilas de montaña, monos dorados y otros primates. Pero en abril de 1974 hubo uno de los genocidios más atroces de la historia, como si hubiera alguno que no lo fuera, y murió el 78% de la población tutsi y muchos de los hutus moderados.
Hutu y Tutsi son los nombres de dos distintos pueblos nativos que habitan el territorio desde tiempos antiguos. Se dice que cuando Ruanda fue colonia belga, los tutsis se doblegaron y fueron vistos como aliados de los colonizadores y desde entonces inició el rencor hacia “ese grupo de traidores”. Muchos años después, en 1974, en un contexto de inestabilidad en el país, el presidente Habyarima firmó acuerdos para la reinserción de tutsis a la vida política y social del país, que no fueron bien recibidos por los más radicales. El mandatario perdió la vida en un accidente aéreo y la escalada de violencia entre ambos grupos creció. El discurso de odio de hutus a tutsis se intensificó por los gobernantes y usaron la radio como la mejor arma: todos los días a todas horas se pasaba un mensaje de polarización y la necesidad de exterminio de los tutsis. En 100 días, el 40% de la población ruandesa murió a machetazos.
La historia de las naciones es mucho más compleja que un breve recuento que muestra a unos como buenos y otros como malos. Pero al leer Ruanda nos damos cuenta de lo que puede suceder con la polarización de la sociedad. Y aunque Jean-Paul Akayesu fue declarado culpable de genocidio y crímenes contra la humanidad por participar y permitir desde la alcaldía todos estos actos, la verdad es que la complicidad de una muy buena parte de la población fue lo que permitió tal suceso.
Todo esto viene a cuento porque muchos años después, en distintas latitudes y momentos históricos, vivimos en una sociedad cada día más polarizada, en parte instada por los discursos de odio que todos los días salen desde la conferencia de prensa matutina. El discurso escala, crece, y quienes los escuchan constantemente se han nutrido de esas palabras como si fuera parte de su sabia. Familias se han dividido, amistades de años se han peleado de manera irreconciliable, cada día nos miramos con mayor sospecha desde el otro lado de la acera. ¿Eres hutu o tustsi, eres chairo o fifi, eres conservador o progresista, eres mi aliado o mi enemigo asérrimo? La presencia del contrario crece y con ella la sensación de acorralamiento. Llega el momento en que creemos que no se puede convivir, dialogar, con el otro. La única opción es el exterminio.
Cuando hoy pongo en el buscador Ruanda ya no sale en los primeros lugares la vida animal y salvaje, sino el exterminio y el ejemplo de lo que no debe ser. Espero que eso nunca suceda con México.
Edmée Pardo para Opinión51