28. Leer el rostro

 
 

Leer el rostro

Mi sobrina me manda la foto de un amigo con el que viaja con un pie que dice ¿Qué opinas? No pregunta sobre mi parámetro estético, quiere una interpretación rápida sobre algún aspecto del carácter. Miro con atención, hago acercamientos a algunos rasgos y ofrezco un dictamen.

¿Cómo sabes?, inquiere. No solo leo libros, también leo el rostro, contesto; no soy experta, pero puedo enunciar algunas conclusiones. Me enseñó una amiga, que aprendió de una maestra, que abrevó de la tradición china sobre el arte de interpretar las facciones de una persona.

Según esta tradición la cara, sus rasgos y proporciones nunca miente. Nos dice sobre el mundo interior y exterior de una persona, las herramientas con las que se viene al mundo, lo que se necesita desarrollar: salud, vitalidad, fortalezas y debilidades en el carácter. Herramienta fundamental que usaban las casamenteras para arreglar matrimonios. Buscaban que las caras de los cónyuges tuvieran rasgos que anunciaran armonía y fueran propicios para los intereses en común.

Por ejemplo, las narices aguileñas pertenecen a personas de carácter fuerte. Lo ideal es unir a uno con nariz aguileña con otro de nariz pequeña para que no haya conflictos por cosas menores. Sugerencia aplicable en cualquier tipo de alianza: laboral, familiar, empresarial. Si se juntan dos narices grandes ya sabemos que los procesos de negociación serán largos e intensos.

La lectura, como toda lectura, requiere una técnica. La cara se divide por mitad y luego en tercios para ubicar las zonas llamadas palacios. Existen los palacios de la profesión, salud, riqueza y comunicación; de los padres, hijos, los hermanos, la pareja y los empleados. También se leen por separado los ojos, las cejas, los pómulos, las orejas, los labios. Y es el conjunto de todas estas facciones y zonas lo que permite articular e interpretar un rostro para aventurar alguna conclusión con un simple vistazo. Los psicólogos llaman a esto morfopsicología compuesta por dos aspectos, lo que proyecta nuestra imagen y la manera cómo somos percibidos.

Los cambios naturales en el rostro hablan de experiencias y madurez, pero ¿qué sucede con las alteraciones por accidentes y cirugías? Dicen los expertos que aportan o quitan una herramienta de salud o carácter. Volviendo al mundo de las narices, conozco a una mujer con nariz aguileña audaz para los negocios que se quitó la jiba en aras de una mejor estética según ella, y por coincidencia o no, desde entonces no ata los negocios de la manera que antes lo hacía.

La cara es el texto que cuenta la historia de una persona y es un gran reto saberlo leer. Pero como sucede en los libros, hay algunos impenetrables, con una coraza que no permite entrar lo cual ya dice mucho de una persona: la barrera, el miedo, la protección de la intimidad.

Ha de besar bien y hacer drama de todo, contesto finalmente a mi sobrina. El mensaje se queda flotando en ciberespacio. Mejor que no lo lea. Ya comentaremos la experiencia.

Edmée Pardo para Opinión51

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