Ahora comprendo
Fui una niña miedosa. No lo sabía. Ahora que reviso mi infancia me doy cuenta de que estuve muy asustada y por eso me escondía atrás del refrigerador, me orinaba dormida, inventaba fantasmas, con cualquier pretexto me rehusaba a salir de la cama: el estómago, la cabeza. Ahora sé que no era flojera, ni achaques, ni rebeldía: era el miedo a la vida, al dolor, que no me dejaba salir de ahí. Después, por efecto de la alquimia y los regaños, me olvidé de aquello y me convertí en quien soy. De cualquier modo algo quedó. Ahora comprendo por qué cuando tengo ansiedad siento la urgencia de meterme a la cama y no salir.