Leí en un diario

 
 

Leí en un diario que falleció tu padre, murió asesinado. Te ahorraste una muerte de enfermo, la agonía, las rondas intermina­bles junto a su cama. A cambio, la violencia, la incógnita. Te imagino encogido en tu cama, con frío, solo, aunque sé que estás casado y tienes dos hijos. Te imagino así porque así te miré cuando dejamos de ser amantes: tu cuerpo enjuto y tu ceño fruncido, negándote al dolor. Entonces como ahora, quiero que lo sepas, me hubiera gustado acompañarte.

Anterior
Anterior

Mamá

Siguiente
Siguiente

Anclada