Té madrugada 198

 
 

Agua de té de palo seco –me aconsejó la masajista al terminar sus labores–. No sabe lo bueno que es: desinflama, limpia la sangre, quita el colesterol. Un vaso grande de té tibio en ayunas... –sonreí ante su sabiduría de mujer de campo, agradecida por su recomendación– le ayudará a bajar de peso, ahora que está tan caderona. Se me quitó la sonrisa ante su sinceridad, pero fui al mercado a comprar la corteza, que ahora mezclo con el agua hirviendo, por aquello de que pueda funcionar.

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