Té madrugada 89
Una planta de hierbabuena crece en mi cocina. Según la época del año brotan hojas más grandes o chicas. Está ahí para regalarme de vez en vez un pedazo de sí misma con la que preparar un té. Le pido permiso cuando trozo una rama, pues sé que al deshojarla la descompongo, pero sólo así cumple su destino y es mucho más que un ornato que florece bajo la luz de la ventana. Cuando saboreo la infusión, veo la metáfora y comprendo que una parte mía tiene que ser deshojada para cumplir un destino más alto. Nunca antes una taza de té me había dicho algo tan cierto e incomodado tanto.