Té madrugada 38
En estos días tengo una oficina amarilla y azul. Amarillo el sillón de loneta donde me siento, azul el mar que sabe permanecer ahí. Conecto la computadora y bebo té limón helado. Todo se asienta en mi cuerpo: la inmensidad, la belleza, el silencio. Percibo el viaje del agua de la garganta al centro de mi cuerpo. Estiro la mano. Tecleo.