Té madrugada 26
Hay dos tipos de madrugada: las que son contigo y las que son sin ti. Las primeras incluyen tu tibieza, mis insomnios, tu posesión de las cobijas y las almohadas, mis inquisiciones sobre las imágenes de la noche y sus significados, el agua sobre tu buró, la mano que busca la cercanía, la desnudez, la lectura compartida, la gratitud, el té en pequeños sorbos que trae la mañana. Las madrugadas sin ti incluyen libros, cuadernos y plumas ocupando el vació que dejas de tu lado; el cruce diagonal de mis pies sobre el colchón, el sin cuidado de ruidos y movimientos, el libro de plegarias, la prisa, de otro modo también la gratitud. Y de cada una, sus variantes y posibilidades: de viaje, en otros países, más amplios los cielos o más estrechas las ventanas, más ruidosas las calles, distinto el grosor y el mecanismo de las cortinas, más verde la copa de los árboles.