Té madrugada 61

 
 
 

La madrugada es un golpe de conciencia: atiendo los sonidos del exterior, del cuarto, de mi cuerpo. Me doy cuenta de la postura que tengo y atiendo mis pensamientos. Estoy presente, totalmente, en ese momento de la noche. Será por eso que despierto: para recordarme quién soy y qué siento; saber de lo que tengo miedo y lo que anhelo. Guardo esas revelaciones en el calor de la cama, las acuno y les pido que me guíen al empezar la mañana.

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