Té madrugada 172

 
 
 

Un trozo de luna entra por la ventana, descansa en el piso y traza una franja blanca. No deja de impresionarme la potencia de esa luz que mueve el agua del mundo y a media noche platea los objetos. Salgo del cuarto para observarla de frente, emblanquece mi piel, mi cara. Bajo su fuerza todos nos transformamos.

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