Té madrugada 169
El sueño es a la mente lo que la orina al cuerpo: el desecho de aquello que, de permanecer en el organismo, nos intoxicaría hasta la muerte. Por eso despierto de buen humor las noches en las que historias exóticas e inexplicables me alertan en la madrugada. No las someto a la interpretación del psicoanalista del mismo modo que no voy al laboratorio clínico todos los días. Prefiero la carcajada en mi cama a la seriedad de un diván.