Té madrugada 153
Al nivel del mar, el agua tarda más en bullir. A las cuatro de la madrugada es más larga la expectativa por el primer hervor. Espero. Espero. Espero. Cuál es la necedad, me pregunto, si además hace calor. Doy el primer sorbo: me consuela el abrazo interno que me da la infusión. Siento cómo avanza el frescor de la mañana.