Cuando estamos juntas
Las mujeres nos convertimos en mujeres con nosotras mismas. Es decir, nos nutrimos de nuestras historias, habilidades, lazos, fantasías y deseos para conformar conciencia de género y de nuestra propia vida. Esa es la delicia de las reuniones femeninas: hablamos de lo que nos da identidad en medio del gozo de la amistad y del hallazgo. Buscamos lugares apartados del bullicio de hombres y niños para ello: el baño, la cocina, el salón de belleza, la mesa de un restaurante, las reuniones para jugar cartas, son lugares idóneos, mucho más un viaje de cuatro días entre amigas para ponernos al tanto de nuestras vidas y aspiraciones.
¿De qué hablamos las mujeres cuando estamos juntas?
1% del trabajo, que incluye rutina diaria, puestos, sueldos, promociones, pleitos con jefes y subalternos, ahorros para el retiro y el pago de seguros médicos.
2% de esoteria, que abarca predicciones, lecturas astrológicas y novenas, chismes sobre trabajos de magia blanca y pócimas para encontrar lo perdido ya sea el amor, el trabajo, la salud, y el teléfono de un vidente buenísimo.
3% de los hijos. Monerías, lo rápido que crecen, problemas en la escuela, técnicas de ahorro con el gasto, el nombre del medicamento alternativo para la gripa y recomendaciones para la próxima fiesta infantil.
3% de la amistad que incluye la historia de otras amigas relacionadas con el tema a tratar; rivalidades, y de la bendición de tener amigas que nos han acompañado y acompañarán en las duras y maduras de la vida.
3% los cambios del cuerpo. Que van desde el primer día de menstruación, el inicio de la menopausia, la inflamación del vientre, ejercicios, la gravedad sobre los pechos y las nalgas, las cremas para la cara, el tinte para el cabello, las uñas postizas y el dato de un masajista de primera.
4% la familia de origen. Cómo nos vamos convirtiendo en mamás de nuestras madres, en la muerte de los viejos, los pleitos con los hermanos por dinero, con las hermanas por rivalidad, con las cuñadas por que no adoran a nuestros hermanos como deben.
.05% de algún programa de televisión –el que está de moda ahora es Desesperate house wives–, chisme de la farándula, película, nota periodística y algo menor sobre política.
1.5% sobre terapias y cursos de crecimiento personal, teléfono de psicólogos, libros de moda.
1% El último viaje y el próximo viaje.
3% de asuntos varios que incluye moda, recetas de cocina, dichos y consejos de tías y abuelas, chistes, y demás pormenores.
Y el 78% restante de hombres y sexo. La parte mayoritaria destinada a lo segundo que no a lo primero.
En el tema de hombres se desglosa en A) Historias de la última separación ya sea divorcio, abandono, viudez, o hartazgo. B) Historias del más reciente romance. C) El hombre a quién más hemos amado y el que más daño nos hizo. D) Fantasías con la siguiente víctima. Los 4 puntos desembocan en una lista de clasificaciones que va desde el más hijo de su mal dormir, que pasa por las especies animales, hasta ése sí que era bueno.
En el tema del sexo hay material ilimitado que se agrupa en los siguientes grupos: opciones individuales, en pareja y grupales en sus acepciones manuales, digitales, electrónicas, orales y coitales. Todo esto ya con copas encima para poder hablar de la fantasía más atrevida, de la vez más divertida, el pasito nuevo, del juguete aquel, del viaje ese, de lugares insospechados, y de todo eso que no sólo es divertido sino instructivo.
Cabe aclarar que todo esto sucede en distintos tonos que van desde la lágrima hasta la carcajada y desde la mera experiencia hasta la teoría, pero eso sí siempre muy felices de estar juntas y ser amigas.