No estamos para nadie de Rafael Pérez Gay

Lo vuelvo a leer y me vuelvo a reír. Es absolutamente chilango, divertido e inteligente. Una combinación no fácil de encontrar. Este es un escritor que me gusta mucho. Su cercanía y su sinceridad se agradecen porque habla de lo que le sucede, mas no en el tono obsesivo de sí mismo, de mí mí, de yo yo. Es decir, su vida es un pretexto para reflexionar lo que es común a muchos y lo hace desde la valentía de la intimidad. Lo sigo en sus columnas y a lo largo de casi toda su obra. Este conjunto de crónicas, que ya tienen sus años, las recomiendo para leer la ciudad, pasar un buen rato o encontrar un disparador para la propia escritura, esa que viene de los exigentes embates de la vida cotidiana. Nada de lo que aquí sucede es tragedia, mucho menos cuando es narrado con sentido del humor y se vive con la resignación adecuada, aunque en su momento esos inconvenientes son más que un dolor de cuello. Conocemos a los personajes y las situaciones que aquí se narran, con otros nombres llegan a nuestra casa y dan ganas de decirles que se vayan, que no estamos para nadie.

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