La fórmula preferida del profesor de Yoko Ogawa

Este es un libro que acompaña suavemente, sin mayor sobresalto; apto para todo público. Es la historia entre una trabajadora doméstica, su hijo y el hombre a quien atienden: un profesor de matemáticas que cada 80 minutos pierde la memoria. Un cariño que no se afianza con el paso del tiempo, sino que se construye cada hora y media. Para ningún problema matemático o de la vida real hay respuestas, y nos damos cuenta de que solucionar no es igual a resolver. Quizá por eso los personajes no tienen nombre, los conocemos por el papel que desempeñan en los 11 capítulos que narran 11 años en la historia y que cierra 11 años después. Todo esto mezclado con el teorema de Fermat, la fórmula de Oiler y el teorema de Gaos. Como antecedente de esta historia de pequeños gestos cotidianos que denotan quiénes somos sin importar quiénes hemos sido, se deja entrever el accidente automovilístico de unos amantes, del que ella sale bien librada y él ya no sabe quién es ni el vínculo que los une.

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