35. Leer si fuera cuestión de números

 
 

Leer si fuera cuestión de números

Según San Google a lo largo de la Historia se han publicado más de ciento veinte nueve mil millones de libros (129.864.880, para ser exactos) y actualmente hay 150 millones de títulos disponibles. Según El Centro de Investigaciones Pew, el think tank ubicado en Washington D. C. que tiene información sobre las tendencias que perfilan a Estados Unidos y al mundo, los lectores promedio leen 12 libros al año; los voraces, 50; y los súper lectores, 80. Claramente cada país tiene sus particularidades. En México, según el INEGI y el Módulo sobre Lectura 2016 a 2022 los mexicanos leyeron 3.9 libros en los últimos 12 meses.

El promedio de vida en el mundo es de 75 años. Supongamos que los primeros 15 años entre que crecemos y se acomodan las hormonas y los últimos diez, entre que arreglamos el pastillero y la graduación de los lentes, se lee poco. Supongamos que tenemos 50 años de vida lectora. Un mexicano promedio leerá 200 libros durante toda su vida, un lector promedio leerá 600, un lector voraz leerá 2,500 y un super lector 4,000. Por supuesto que existimos los come libros que leemos más de 100 libros al año, pero es un número muy reducido.

¿Cómo seleccionamos esos escasos libros que vamos a leer de 150 millones disponibles? De ahí la utilidad de las recomendaciones, no queremos desperdiciar la pólvora en infiernitos.

Sin embargo, no creo en las listas de los 20 o 55 o “100 libros que debes leer” una vez en la vida, antes de morir, o si quieres ser altamente exitoso. Creo que todos los lectores somos autónomos y tenemos el derecho a elegir nuestros propios libros, a usar nuestra libertad y sentido común para andar por el camino de la lectura a nuestro paso y curiosidad. Porque si un regalo nos da la lectura es la libertad de pensamiento y esa hay que ejercerla desde la selección de nuestros textos.

En el uso de la autoridad que soy de mí misma, para elegir mis lecturas generalmente tengo una pregunta en la cabeza, ese es el principio, y la búsqueda de su respuesta me lleva a leer, a escribir, a viajar, a dialogar con mis pares e incluso a terapia. Dicho esto, no leo aquello que no me es significativo y hago lecturas incómodas si me amplían. Lo tercero, no me persigue ningún fantasma para terminar libros malos o para los que no estoy lista en el momento. Lo cuarto me dejo guiar por los expertos. Leo libros probados, comentados, filtrados ya por un criterio en el que confío. Así, durante un año me inclino por los premios nobel, o los premios princesas de Asturias, o los ganadores del premio cervantes, los booker, los pullitzer, los Andersen… Ahora, por ejemplo, estoy leyendo a las autoras que han obtenido el Premio Sor Juana Inés de la Cruz que da la FIL a obras escritas por mujeres hispanohablantes de libros que se hayan publicado ese año. Ha sido una maravilla el descubrimiento.

Según mis cálculos y con el ritmo de lectura que llevo, leeré 1,500 libros más en mi vida. Me asusta, se me encoje la panza, me emociona. ¿Cuáles serán mis nuevos paraderos? Para el próximo año quiero leer libros que hablen de árboles como pretexto, contexto, personaje, metáfora. Dejo de escribir. Enciendo el audiolibro en el que estoy, le queda una hora con 48 minutos de escucha. Me urge terminar. Ya quiero ir por el que sigue.

Edmée Pardo para Opinión51

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