50. Leer el curriculum
Leer el curriculum
¿Cómo ves mi curriculum?, pregunta una amiga que acaba de enviar el documento a un contratante internacional. Abro el archivo, lo miro de arriba abajo, de derecha a izquierda, de izquierda a derecha: no entiendo y no porque esté en inglés. Me rasco la cabeza. Es una infografía más que un formato narrativo como al que, por lo menos yo, estoy acostumbrada. Una cuadrícula con un círculo al centro, muchos logos, y por ahí una lista de habilidades.
Curriculum vitae quiere decir, literalmente, la carrera de la vida. En la antigua Roma se usaba el término Cursus honorum para hablar de la carrera política de los senadores y de los méritos que lograban en el tránsito de edil a cónsul. Dicen quienes saben, que los griegos utilizaban la palabra en la acepción de carrera o curso, para referirse al discurso del pensamiento. De ahí que en la edad media la palabra curriculum se usara para designar el contenido de un programa educativo.
La primera vez que hice mi curriculm vite tenía 19 años, estudiaba la carrera de sociología y debía presentar mi historia de vida en tres secciones: datos personales, estudios realizados y experiencia laboral. Lo hice con máquina mecánica, con muchos espacios entre líneas para ocupar toda la cuartilla, lo metí en un folder color crema que acumuló polvo sobre el escritorio de la oficina de un periódico. Con los años, en mi curriculm han aumentado las secciones, en número y contenido, pues añado libros publicados, conferencias importantes, reconocimientos, idiomas, etc. Si lo presentara en orden cronológico y vertical, ocuparía unas 17 páginas que a mí misma me da flojera leer. Pero gracias al uso de plantillas digitales que ofrece el programa word, puedo resumirlo a una sola página, divida en secciones con distinto tamaño de letra, para que a golpe de vista aparezca la información de mi carrera de vida o más bien de lo que he hecho en mi vida profesional. De cualquier manera, en mi oficio ya no se usa ese documento sino una ficha biográfica, donde del modo más breve posible digo las monerías que me definen frente a los demás.
Dicen los expertos que hay cuatro formas de curriculums: el curriculum vitae cronológico, el funcional, el combinado y el no tradicional. Claramente el de mi amiga pertenece a la última categoría. La asociación Más Ciudadanía promueve el curriculum ciudadano para crear conciencia de la importancia de participación civil, en cualquiera de sus ámbitos, y su incidencia en el beneficio de la sociedad. No estaría mal que además de pedirnos el curriculm de trabajo nos solicitaran éste, que es una muy buena forma de demostrar la apatía e incentivar la participación en la vida colectiva.
Escribo un mensaje de texto a mi amiga y le digo la verdad. No entiendo tu curriculm: no sé qué quieren decir los logos, si estudiaste o trabajaste ahí; no sé en qué diferencias la lista de habilidades con los trabajos realizados. Se ríe. Me explica que, según especialistas, mientras más incómodo sea de leer un currículm es más fácil que se acuerden de la persona y el contenido porque le dedicane más tiempo. ¿Aunque no esté claro?, indago. Como no responde, le envío el último curriculm mío que hice en 2021. Muy narrativo, contesta; y suspendemos la comunicación con respecto al tema. Por qué no puedo leer su curriculm, me pregunto y cuando indago me entero de esto que he contado aquí y de que curriculum se usa para el individuo y currículo para la academia.
Deseo que mi amiga tenga suerte, que le den el trabajo que anhela y que su nuevo jefe sepa leer mejor que yo su historia de vida. Lo que es seguro es que sabrá que tiene una candidata que hace las cosas de otra manera.
Edmée Pardo para Opinión51