76. Leer las matemáticas
Leer las matemáticas
Cualquiera que esté leyendo o escuchando esta columna lo hace porque conoce el lenguaje alfabético o lingüístico en su formato oral o escrito. Pero hay muchos lenguajes con su propia nomenclatura y lógica, que se escriben y leen, como el lenguaje matemático entre otros, que es casi tan importante como este. A diferencia de palabras y verbos que son interpretables y pueden crear ambigüedades, el lenguaje matemático expresa con exactitud cantidades, relaciones, y estructuras. Su escritura a base de números, símbolos y signos es una forma de comunicación precisa, lógica y universal, con un significado concreto, compartido, y por ende entendible, en todo el mundo. De ahí el famoso dicho, dos es dos aquí y China.
La mayoría de nosotros conocemos lo básico de este sistema, los números y los signos de suma +, resta-, multiplicación X, división / y de igual =. Gracias a eso podemos leer que tres más tres es igual a 6 de esta manera 3+3=6. Sube un poco la dificultad cuando no solo se debe conocer el valor de cada símbolo sino el orden de las operaciones. Por ejemplo, el resultado de la suma cinco más dos se multiplica por dos y resulta en 14. (5+2) x 2=14. Pero la cosa realmente se empieza a complicar cuando se usan variables como x o y con operaciones más complejas, funciones o ecuaciones.
Por cierto, me encanta que en matemática todo sean operaciones, el mismo término que usan los médicos para abrir e indagar el cuerpo humano. Quizá los matemáticos hacen lo mismo en el estómago del universo, lo indagan, y por eso muchos conocimientos religiosos usan el valor numérico como una forma de acercarse a lo sagrado.
Sabemos que el lenguaje matemático se aplica en la música, la arquitectura, pintura, hasta en las recetas de cocina y por su puesto en la tecnología. Me impresiona saber que es una enorme oración matemática la que, aplicada, permite poner un cohete en el cielo. Hace muchos años vi la película, Pi, el orden del caos dirigida por Darren Aronofsky que trata de un matemático, que inspirado en cábala, busca encontrar el orden de la bolsa de valores. No lo logra, pero está seguro de que en la lógica matemática reside ese secreto.
Entiendo el rechazo generalizado a las matemáticas, que no solo tiene que ver con los maestros y el plan de estudios, como el rechazo a aprender un idioma, muy distante al materno, con una lógica propia.
Mi sobrino trabajó en las bodegas de un almacén internacional. Previo a contratarlo, la empresa pensaba, erróneamente, que los ingenieros eran los indicados para cumplir esa tarea; se dieron cuenta que los matemáticos tenían el perfil adecuado con su razonamiento a prueba de la interpretación. Evidentemente mi sobrino estudió matemáticas y durante mucho tiempo me preguntaba cómo sería la estructura de la mente de un joven deportista que no cumple de ninguna manera con el perfil de un nerd. En una comida familiar veo a un tipo inteligente, con gran sentido de humor, pero si pudiera radiografiarlo quizá viera la ecuación con la que acomoda el mundo en su cabeza. Definitivamente, aprender a leer y escribir matemáticas no solo mejora el pensamiento lógico, también abre la puerta a nuevas formas de entender la realidad.
Edmée Pardo para Opinión51