Una mano en el hombro

 
 

Estás dormida. Una mano toca tu hombro y abres los ojos. Un par de hombres encañonan una pistola en tu cara. «Si gritas te mueres». Te atan de pies y manos.

Los oyes acarrear una a una las cosas que han seleccionado. No hay nada que hacer y comprendes entonces que la violencia, el horror y el miedo se han apoderado de tu cama. Los hombres se van y tratas que eso quede atrás.

Estás dormida. Una mano cualquiera toca tu hombro para indicarte que es la hora de despertar y no puedes dejar de gritar.

Anterior
Anterior

La madre, la niña y la cama

Siguiente
Siguiente

El tráfico