Té madrugada 206
Desde hace dos meses las noches son lo que debieran ser: lugares de descanso profundo sin insomnio, sin ir al baño, sin la luminosidad del pensamiento a oscuras. Mi mamá me regaló una fórmula herbal que prepara una amiga suya. La rocías en la cama y sobre la cabeza. Poco a poco siento el abandono del cuerpo, del que no sé nada hasta muchas horas después. Mis madrugadas son otras, un silencio nuboso que casi no registro. Creo que eso está bien.