Té madrugada 179
Salimos en la madrugada, a oscuras, de nuestras tiendas de campaña: queríamos encontrar el amanecer ya en medio de la sabana, con los animales despertando. Jamás nos calentamos a pesar de la fogata, el té, los ponchos que nos cubrían. Fue una madrugada hermosa bajo un cielo anaranjado que dolía de tanto frío.