Té madrugada 15

 
 
 

Nada más rico que dormir después de dormir. A las cinco y media de la mañana, tras una pausa de dos horas que incluye ida al baño, té, reacomodo de cobijas, la tos atraviesa-muros de la vecina, el aroma de un sueño, el desperezamiento de la ciudad. Miramos el reloj; podemos dormir un poco más. Quizá vengan sueños cargados de mensajes o solo la espera silenciosa de la alarma del despertador. De cualquier manera, nos acurrucamos con gratitud por el milagro de una mañana más. 

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