Té madrugada 55

 
 
 

Pasamos mala noche. Tú allá y yo acá. Cambié la postura y la almohada varias veces mientras me preguntaba qué era lo que no me dejaba dormir. Tú allá dormiste poco, te despertó una  inquietud para la que sólo imaginaste respuestas catastróficas. Ninguno pensamos en el otro mientras vencía o se dejaba vencer, pero si hubiéramos estado juntos el contacto del pie o la mano hubiera disipado la negrura y alguno se hubiera animado a consolarnos con un té.

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