Té madrugada 120

 
 
 

Caminar una ciudad antes del alba es toparse con bultos negros de basura que crecen en las aceras, con voces de borrachos que no pueden callar su mundo, con gente que sale del trabajo y se cuida del frío y de los delincuentes, con escasas ventanas iluminadas, con gente tirada en la banqueta y su inmundicia. Caminar una ciudad en la madrugada es toparse con la crudeza del mundo que no puede ocultarse en la oscuridad de la noche.

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