Té madrugada 23

 
 
 

Desperté en la madrugada, estiré el brazo y no te sentí; una parte mía ya se acostumbra a tu presencia. Cuando estoy contigo me despabila tu compañía: te mueves, tomas agua, te acercas. De cualquier manera, ahora todas las madrugadas tienen tu nombre, que a veces pronuncio cerca de tu oído, y otras evoco, cuando navegas en distinto lado de la noche. 

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